Gonzalo Cano
Preparador físico de San Martín
Aun cuando se supone un alto riesgo jugar un amistoso a tan pocos días del debut en un Mundial, el partido de mañana contra Emirato Árabes (comenzará a las 12.30) servirá para ajustar el funcionamiento general del equipo y para reforzar todas las conductas de la idea de juego.
En un contexto ideal, los posibles titulares podrían tener una cantidad de minutos significativos que pueden darle al entrenador la pauta de que el equipo está logrando esa fluidez que necesita o que está buscando. Por otro lado, también serviría para darle minutos de juego a aquellos futbolistas que no estarían en el esquema inicial.
La mayoría de los jugadores recién se están sumando a la concentración; y muchos de ellos jugaron el fin de semana para sus respectivos clubes. En ese sentido, es clave la recuperación física. Para ello es primordial individualizar las cargas en función a los minutos que cada uno estuvo en acción.
Desde lo físico, puntualmente, son días en que se evitan la carga neuromuscular de alta intensidad debido a la cercanía de una competencia oficial. Ahora es momento de priorizar todo lo relacionado al modelo de juego. Se debe controlar que todos estos ejercicios, sean estratégicos o tácticos, tengan el menor impacto posible en cuanto a la fatiga residual que pueden provocar.
Por lo general, una competencia oficial siempre representa una alta demanda desde lo emocional y lo cognitivo. Desde lo físico, específicamente, la carga o no que pueda generar este partido dependerá de la cantidad de minutos que tenga cada jugador y de la intensidad con la que se dé el duelo.
Por las características del rival y por tratarse de un amistoso, quizá todo lo relacionado a los parámetros que se pueden medir con los GPS sean en un porcentaje significativamente menor a lo que se espera en el Mundial.
Siempre que se trata de un partido oficial, se lo debe afrontar con el mismo nivel de exigencia y profesionalismo que cualquier otro; desde la preparación hasta el juego en sí. Luego, a medida que transcurren los minutos, el juego hace lo suyo y todo se ajusta.
Por último, en cuanto a la preparación y con una competencia en el medio, la semana de entrenamiento se modifica y es organizada en función de la siguiente competencia. Entre las 48 y 72 horas posteriores al amistoso, se podrían “elevar” un poco las cargas, siempre considerando las necesidades del funcionamiento y luego complementando (si es necesario) desde el aspecto condicional.